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Cuero negro contra los fusiles de las pantorrillas. Una escala en faaa! sostenido que derrite los líquenes de inacción.
Quién sabrá estirar esos labios?
Hay alguien que lo haga todavía?
Pero no es eso, mas bien las manos vacías y las putas antenitas como ecosonda impávida, tan hiperestimulada.
No vale la pena. Otro atardecer antártico en pleno trópico y alrededor un concierto de silencios punitivos.
Quién lo habrá hecho mejor, el muerto o el porvenir? Mucha agua, mucho límite. Escala en Falklands veinte años después, algunos monolitos blancos, eso no se hace señor, la próxima vez no mande carne viva correntina.
Un sapucay todavía debe oírse cada tanto ... for export. Big Loneliness and Falkland, algo así como este suspiro zumbante tabaco y la falta de algo que desgraciadamente se sabe que no existe.
Qué risa, si pudiera.
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