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sábado, 9 de octubre de 2010

Caducho & a /cap 1/

para Vick,
con quien, cada tanto,
nos gastamos unos ratos de retazos de recuerdos

/compartidos o no/

"para vos, morocha" ac
.
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Mi viejo era carpintero. De chico iba con él a pasar presupuestos, a tomar medidas o a colocar los trabajos que hacía. A comprar maderas, revestimientos, herrajes. Algunas veces me llevaba porque yo quería, otras a pesar de mí, ya fuera a causa de mi curiosidad inquieta, porque necesitaba de mi ayuda para alcanzarle o soliviarle cosas, porque quería estar más tiempo conmigo, para que no anduviera tanto en la calle molestando a todos o rompiendo la paz en casa. También puede ser que para matar todos esos trescientos sesenta y siete pájaros de un solo tiro. Lo cierto es que siempre, quisiera ir o no, terminaba disfrutando esas andadas. Conocía gente y lugares muy diferentes entre sí. Era parte de mi educación social y de conocer más a mi viejo fuera del entorno cotidiano, aunque de esas cosas no me daba cuenta todavía. El ojo empezaba a embudar esquemas disímiles o extraños, nuevos para mí; asimilar, comparar. Esas cosas.

La carpintería era espacio de juego, divertimento, la transición entre escuela, barrio, club, y casa; también significaba frontera: para ir a hacer los mandados, para pedir permiso para salir, /por lo general me tomaban por pelota de tenis entre ambos espacios, y terminaba escapándome/ de muchas otras cosas también: las siestas intentando cazar lauchas que se escondían en alguna época entre los rincones, las gubias de un par de xilografías, las máquinas de cortar, lijar y cepillar, el olor del aserrín y la viruta que nunca voy a olvidar, los carteles jocosos que me pedía hacer en terciados para exhibir; su letra ilegible, sus Imparciales 100´s o Particulares 20. La radio siempre prendida sintozando LT9 o alguna otra am santafesina que alternaba música y noticias. La media luz de una prolongación colgante en sus noches de planificar la semana o hacer números. La zoología interminable de amigos, conocidos y vecinos. Los demás maestros de taller de la escuela industrial, los parroquianos del club Universitario. Las bochas, la paleta, la manito, el fútbol, el basquet. La riquísima variedad de gente que andaba por allí. Los fabulosos o simples trabajos que le pedían.

Recuerdo particularmente que por entonces no reparaba en los nombres de las cosas, sobre todo de las personas. Los conocía de cara, sus formas de manejarse y expresarse. Los frentes de sus casas, el antes y el después de cada mueble, abertura o vehículo, porque mi viejo tenía clientes excéntricos, y a veces le traían una casa rodante, un colectivo o el casco de un velero para que lo revistiera con muebles de madera por dentro. En ese entonces no había el auge de multipublicidad polimórfica de comunicaciones que hay ahora, así que un día sonaba el teléfono de casa; pero más que nada, por lo general gracias al "boca en boca", se aparecía alguien por la puerta de la carpintería en la cortadita Las Tunas, a la que papi se divertía llamando "avenida" entre sonrisas y miradas de costado. Gracias a eso conocí mansiones lujosas, casas comunes y covachas; departamentos a medio construir, escuelas, negocios, ranchos de fin de semana, quintas en las afueras de la ciudad. Abogados, arquitectos, militares extranjeros retirados, laburantes, pobre diablos y diablos enteros, ingenieros civiles, químicos, laburantes, vagos.

Recuerdo un sábado a la tarde que no quería acompañarlo pero igual tuve que ir porque necesitaba ayuda con el transporte y colocación. Se trataba de un modular de cedro que iría en ángulo en una casa a medio terminar del barrio Gazzano. Ya dije que casi nunca recordaba el nombre de sus clientes, pero no que cuando los dueños de casa no estaban a la hora de colocar los muebles, le daban las llaves de la casa para que pudiera trabajar. De esta casa tampoco recuerdo la fachada, ni la calle específica. Era 1990 y todavía no había cumplido los catorce. El dueño no estaba. Se estaban mudando y había un aquelarre de trastos en la entrada de la casa. No había camas ni muebles ni cocina. Nada más un tocadiscos y una heladera vieja enchufados a la corriente eléctrica, algunos focos, uno en cada habitación. Todavía no habían colocado el revestimiento del piso y, aunque secos, todavía había olor a la mezcla de cemento del contrapiso y la carpeta. Mientras lo ayudaba me puse a curiosear una caja de discos que estaba a la vista. La caja del primero que se veía era de una banda que no conocía /por entonces recién empezaba a fomentar mi manía por la música/ ni de nombre. Saqué el disco y lo puse. Después sonó un tiempo en las radios y muchos años después, o sea, hace poco, lo rescaté de la memoria en su versión digital.


Sending all my love - Linear /1990/


Girl, I close my eyes                              Nena, cierro los ojos
and then I start to cry for you                 y luego empiezo a llorar por vos

You´re the reason why                          Sos la razón por la que
I have to say goodbye to you                 tengo que decirte adiós

This pain I have inside                            Este dolor que tengo dentro
just makes me want to die for you           me hace querer morirme por vos

All these lonely nights                             Todas estas noches solitarias
they just don´t feel so right for you          no se sienten muy bien por tu culpa

Sending all my                                        Enviándote to mi
Sending all my love                                 mandando todo mi amor
Sending all my love to you                      mandándote todo mi amor a vos
I´m sending all my love                           Te estoy mandando todo mi amor
sending all my love to you                       te mando todo mi amor a vos

Every move you make...                        Cada movimiento que hacés...
day by day I pray for you                       día a día rezo por vos

When I close my eyes                            Cuando cierro los ojos
teardrops starts to fall for you                 empiezan a caer lágrimas por vos

Sending all my love                                 Enviando todo mi mi amor
Sending all my love to you                      mandándote todo mi amor a vos

This pain I have inside                             Este dolor que guardo dentro
just makes me want to die for you            me hacen querer morir por vos

Sending all my love                                 Mandando todo mi amor
Sending all my love to you                       te envío todo mi amor a vos
              
Sending all my love
Sending all my love to you
I´m sending all my love
Sending all my love to you
Sending all my
Sending all my love
Sending all my love to you

Girl I close my eyes
and then I start to cry for you

You´re the reason why
I have to say goodbye to you

This pain I have inside
you makes me want to cry for you

All these lonely nights
they just don´t seem so right for you

Sending all my love
Sending all my love to you





como esta canción cayó en la lista de reproducción, al caer calló la contemporaneidad y me llevó un rato por una puerta intangible a un recuerdo de entonces, y quería dejarlo registrado, como para ayudar la fugacidad de la memoria.
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4 comentarios:

vicky dijo...

te amo aleee!!! es hermoso esto me emociono mucho. yo también recuerdo algunas cosas, no tanto como ya sabes. igual no vivamos de recuerdos (sólo porq suena muy deprimente), sino de la alegria q nos provocan y las fuerzas q nos dan.

Alejandro Cabrol dijo...

Sí, claro, no vivir de recuerdos, sino que nos sivan de cimientos, de apoyo, de impulso. Besos Vick!

Karen dijo...

Exacto! Cimientos, apoyo e impulso...eso son los recuerdos (de los que obviamente María Rosa y Ricardo forman parte). Gracias doy por haber conocido y compartido mucho con ellos y ustedes. También la carpintería y la ranchero son parte de mí. Casi lo escucho decir "yo no llevo criaditas" jajaj con lo que nos gustaba ir ahí atrás cantando por la ciudad. Los domingos en el club o de paseo (yo medio colada). También alguna vez lo acompañamos a entregar trabajos (me acuerdo de la casa de Varisco era? Por la bajada de los Vascos.
Y María Rosa...qué mujer tan amorosa. (Se me caen una lágrimas, no lo puedo evitar). Tengo guardada su receta de biscochuelos, cada tanto la hago. Las picadas, la canasta, las veces que me ha recibido esa casa!
Son parte de mí, crecí ahí. Me encantó recordar todo eso (y todo lo que no puedo poner en palabras). Besos enormes, Vicky, Ale y Javier.

Alejandro Cabrol dijo...

Besos para vos Karen! Mil gracias!