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despertar, una mano abajo arriba
se templa y censa rápido cintura
para palpar falanges en la altura;
entre sábanas, pétalos y ojivas
hay misiles de guerra: tu lasciva
argamasa de pies sin armaduras
que desvela y al mismo tiempo cura;
tiño tus uñas a viva saliva;
despertar o dormir, despierto entonces
a este ensueño ronco de dos voces,
a tu hoguera, que cabe entre mis ojos,
a la fragua, al oro, cobre y bronce,
de tus manos emanan altos roces
que al amarillo y verde vuelven rojos.
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1 comentario:
Alejandro...
"a tu hoguera, que cabe entre mis ojos,
que al amarillo y verde vuelven rojos."
embrujo...
infinitamente... intenso!!!
hermosos días!!
beso!!!
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