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La habían invitado para una charla sobre nenúfares a la hora del florecimiento. Nadie sabía su nombre. La capelina de pana le mezquinaba más de media cara. A la hora de la cena se fue, olvidó su cartera. Corrieron. Siguieron el camino de pétalos que acababa en un rincón de tierra húmeda de un baldío de la otra cuadra.
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2 comentarios:
PRE - CIO - SO.
Gracias! Saludos over there
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