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Rigurosa la costumbre del espejo
replicador invariable sin desvíos,
devolviendo imperturbable, mudo y frío
lo recibido, en carácter de reflejo.
Paradigma de equidad, sutil consejo
sin dejar de respetar libre albedrío
para el hombre, quien muchas veces vacío
reacciona hacia los demás tan desparejo.
La excepción de la regla siempre existe:
ser espejos menos ante lo maligno,
a ese impulso transformarlo en positivo
duplicando intensidad, allí reviste
majestuosa cualidad de ser más dignos
y renueva la alegría de estar vivos.
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