boca de pescador pescado con anzuelo sangrante
sentado debajo del puente,
incapaz de registrar
la totalidad de las historias del agua,
su murmullo insidioso, senil y sabio;
una caña mental sin anzuelo ni bendición ni nada
y entre las rodillas humo,
manos,
sed,
deseo,
otro susurro menos puro pero quizá más doliente
que ese bautismo con destino de mar...
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