capítulos internos a través, como las famosas olas, una especie de deja vu, eternidad petrificada a espasmos de agua y oídos rotos en una desnudez crepuscular;
la página que da vuelta suena a derrumbe;
pared carcomida por disparos anteriores como marco del nuevo fusilamiento, mientras no dejo de caminar hacia un sol viejo en la noche de locura, uñas largas y este pecho retrucando otro tambor, que es siempre el mismo sismo...
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