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un ajedrez de runas es, ahora mismo,
la música que sala el tiempo
/grafito infame, 7:78/
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vengo de un sueño de aspa apática
incansable
con que la sangre me excede
coloratura rojiza al ojo y pómulos:
los preparativos sagrados
de la guerra
vengo de cuando entonces
de la foto líquida
que pace casi siempre en un edén
donde tus pies respiran sin límites
tiempos de cosecha
y no vuelvo
me quedo desmesuradamente
de párpados desnudos
hasta que la melga y el agua
nos decapiten
vengo de un sueño:
delirar crines con labios indomables
que flamean fragor de mar
y cuecen caricias
sin palabras
vapor espeso
una ciudad de silencio y de silicio
abjurando su tacto
vengo de ahí
de arpas
del peso postergado de la miel
donde un caballo blanco
y otro negro
y esperas orbitándome en la nuca
riegan un árbol de leche
que crece lo blanco
del misterio
la piel con premios
altos frutos de estos olmos
que sacuden con delicia
la hora de darnos
todo
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