Él dice que le dicen Nito porque de chico la madre le decía Bonito, y de grande le quedó nada más que el apócope. También dice que se llama Florencio Mario porque, si por las dudas salía gay, podía llamarse María Florencia sin perder identidad. Todas sus palabras tienen la alegría de la inteligencia natural y el equilibrio de la experiencia. En este microcuento, que me parece el ejemplo más corto posible del género, están todos los elementos del relato.
Recuerdo, implica la elisión del sujeto y a la vez la irrupción del narrador, tácitamente en primera persona, que a la vez se erige como personaje del microcuento. Es una acción en presente que se ancla en un pretérito repuesto por cada lector de distinta manera y con elementos propios. Recordar es por lo general evocar, implica melancolía.Es también la introducción, la situación inicial.
Cuando es el nexo temporal a ese pasado, ya remoto e inexistente, el puente del cambio desde ese pasado perdido al presente que lo evoca. Un deíctico de enlace a lo anterior, no presente en la narración y que pide la reposición del lector.
Éramos implica la primera persona del plural, que en el presente se ha vuelto singular. Habla de una compañía que ya no existe, se profundiza con este verbo copulativo de estado, en un nuevo hecho, funciona a nivel del proceso narrativo inversamente en la línea del tiempo. Juanto con "cuando", equivale al desarrollo de la estructura formalista clásica.
Nosotros es el desenlace, la afirmación de la primera persona del plural en un pasado compartido que se evoca desde un presente solitario. Un remate maestro!
El sábado, tomando unos mates, me dice que ya no tiene ganas de escribir, que la realidad lo desanima, que siempre fue loco y lo pasional-filosófico que lo induce a escribir y describir cuestiones con tendencias naturales a dejar una enseñanza, ya parece vacío, sin sentido. Hace dos o tres semanas que no escribo un carajo, dice. Me siento y no sale nada. Bromearía sobre una constipación emotiva, pero me enfoco en que todos atravesamos esas sequías temporales. Le digo que se concentre en el oasis que significa ese espacio que nos tomamos la licencia de fraguarnos los que escribimos. Ya sé que la realidad va para el otro lado del que esperamos, le digo, pero no puede ser que nos dejemos quitar hasta eso. No dejes que nos puedan y nos ganen; conservemos al menos ese lugar, le digo. Si no te dan ganas de escribir, ponéte a organizar, revisar, estructurar la cantidad de textos que ya tenés. Espero que el invierno yéndose se lleve también esta crisis momentánea.
4 comentarios:
Él dice que le dicen Nito porque de chico la madre le decía Bonito, y de grande le quedó nada más que el apócope. También dice que se llama Florencio Mario porque, si por las dudas salía gay, podía llamarse María Florencia sin perder identidad. Todas sus palabras tienen la alegría de la inteligencia natural y el equilibrio de la experiencia. En este microcuento, que me parece el ejemplo más corto posible del género, están todos los elementos del relato.
Recuerdo, implica la elisión del sujeto y a la vez la irrupción del narrador, tácitamente en primera persona, que a la vez se erige como personaje del microcuento. Es una acción en presente que se ancla en un pretérito repuesto por cada lector de distinta manera y con elementos propios. Recordar es por lo general evocar, implica melancolía.Es también la introducción, la situación inicial.
Cuando es el nexo temporal a ese pasado, ya remoto e inexistente, el puente del cambio desde ese pasado perdido al presente que lo evoca. Un deíctico de enlace a lo anterior, no presente en la narración y que pide la reposición del lector.
Éramos implica la primera persona del plural, que en el presente se ha vuelto singular. Habla de una compañía que ya no existe, se profundiza con este verbo copulativo de estado, en un nuevo hecho, funciona a nivel del proceso narrativo inversamente en la línea del tiempo. Juanto con "cuando", equivale al desarrollo de la estructura formalista clásica.
Nosotros es el desenlace, la afirmación de la primera persona del plural en un pasado compartido que se evoca desde un presente solitario. Un remate maestro!
El sábado, tomando unos mates, me dice que ya no tiene ganas de escribir, que la realidad lo desanima, que siempre fue loco y lo pasional-filosófico que lo induce a escribir y describir cuestiones con tendencias naturales a dejar una enseñanza, ya parece vacío, sin sentido. Hace dos o tres semanas que no escribo un carajo, dice. Me siento y no sale nada. Bromearía sobre una constipación emotiva, pero me enfoco en que todos atravesamos esas sequías temporales. Le digo que se concentre en el oasis que significa ese espacio que nos tomamos la licencia de fraguarnos los que escribimos. Ya sé que la realidad va para el otro lado del que esperamos, le digo, pero no puede ser que nos dejemos quitar hasta eso. No dejes que nos puedan y nos ganen; conservemos al menos ese lugar, le digo. Si no te dan ganas de escribir, ponéte a organizar, revisar, estructurar la cantidad de textos que ya tenés. Espero que el invierno yéndose se lleve también esta crisis momentánea.
Simplemente maravilloso. Ese nosotros duele y sentencia. Mi respeto y cariño a Nito, como siempre.
Beso.
Publicar un comentario