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miércoles, 9 de marzo de 2011

1er 4º 1985

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Está dormida. Ágora de duendes

y palomas le esquinan en el pecho

una curva de luz que va derecho

al borde sideral, de donde pende



un sueño. La vigilia donde hiende

nubes de nácar dibuja en el techo

coreografías únicas que fecho

en mis páginas; con carbón se prende



la palabra, con chispas van mis venas

a perfumar su cosmos. Y es apenas

el eterno bostezo de la avispa,



el nervio medular que late y crispa,

que la mira dormir, temblar arcanos

estambres que no caben en las manos.

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5 comentarios:

Natàlia Tàrraco dijo...

Alejandro, sabes que te sigo.

La poesía para mi es un ejercício sublime y doloroso de síntesis buscando palabras que expliquen sensaciones, las que sean. En esa búsqueda absolutamente personal por comunicar (eso también forma parte de la prosa), a veces, yo lectora, me pierdo, disculpas, por este motivo escribo relatos o novelas y admiro vuestra capacidad de buceadores/as que se me niega.

Perdona mi sinceridad.
En el hueco de una mano cabe la sonrisa de una abeja, un ácaro o miles escondidos, señores, o una agora soñada, un perfil de curvas, sueños y delírios, cabe también agua dulce o salada, de manantial o de mar abierta !un cosmos! siii. Pero ¿a dónde me lleva esa aspiración, locura sueño? Las palabras que pones son el sendero a través del cual me oriento.
Lo ves, no es lo mismo tu lenguaje y el mío, aunque en el tuyo me hacen falta cabos donde agarrar cualquier amarra, en el vacio si hace falta. Navego en un océano del cual desconozco la bitácora que ha de conducirme a un abismo o al paraíso, la necesito. Con perdón te cito:

"coreografías únicas que fecho
en mis páginas; con carbón se prende..."

Fecho en carbón ¿dibujando coreografías? Fecho...palabra de hecho muy rebuscada.

Descifrar enigmas formados con palabras bellas, duras, inventadas o enigmáticas, me cuesta, me cuesta llegar al meollo, si es que existe. Pero aunque no exista origen, nudo ni final, previsibles, adivinables, ha de existir un mensaje al cual agarrarse, y éste si es la duda, bienvenida, pero que quede clara.
Perdóname, no sé si me explico.
Ni caso me hagas, son divagaciones mías.
Besitooos cariñosos.

Alejandro Cabrol dijo...

Ciertamente entiendo tu punto de vista Natàlia, y para nada me molesta tu lectura crítica; al contrario, sirve para releer y tratar de analizar si el texto soporta lo que intenté decir. Ya sabemos que el soneto tiene eso de la métrica inamovible donde uno intenta mediante licencias decir algo que trascienda su estructura, o la burle un poco. Para eso sirven los signos de puntuación. Por respetar la rima, a veces caen palabras poco felices jaaaa. Tenía "lecho" "mecho" "hecho" "arrecho", entre otras. Fechar, después de todo, no se usa mucho pero sirve.

Para replantear su significado, voy a practicar un doble streap-tease del soneto. El primero será repetirlo, sin la estructura prefijada por el soneto. O sea, cómo lo hubiera distribuido en la página si no hubieran sido catorce versos endecasílabos. Luego, intentaré una explicación literal del soneto. Espero aclararlo un poquito! Ahí va:

Está dormida.
Ágora de duendes y palomas
le esquinan en el pecho una curva de luz
que va derecho al borde sideral
de donde pende un sueño.

La vigilia donde hiende nubes de nácar
dibuja en el techo
coreografías únicas que fecho en mis páginas;

con carbón se prende la palabra,
con chispas van mis venas a perfumar su cosmos.

Y es apenas el eterno bostezo de la avispa,
el nervio medular que late y crispa,
que la mira dormir,
temblar arcanos estambres
que no caben en las manos.

Digamos que la miro dormir un sueño delimitado por su contorno y por su sombra. Sueño también poblado por su mundo interior, que conquista además mis ansias al intentarlo "graficar, anotar o poner en la bitácora". Para eso el carbón, para dibujar ese sueño. Luego comparo esa especie de grafito con mi sangre, con el fuego del proceso que intento dejar escrito. "El bostezo y el nervio" es mi último intento de plasmar ese sueño, para volver al principio de mirarla dormir, momento mágico que me llena las manos de cosas tan intangibles como eternas.

Algo así intenté decir. besito!

Natàlia Tàrraco dijo...

Perdona amigo mi atrevimiento, pero lo dije, quise ser sincera. Veo que te tomas a bien mi torpeza de no lectora asídua de poesía.
Ahora vislumbro un sueño de pérdida de ella, de querer plasmarla en grafito, en fecha, mientras duerme, para que no escape.
Ya sabes que en narrativa o en poemas cada lector/a pone su ojo y ve lo que se le antoja, forma parte del encanto de escribir.
De verdad, cuando se explica lo que se escribe suena a despropósito, a concesión, lo lamento, porque no es necesario. Sin embargo, por inclinación mía, Alejandro, me a gustado esa explicación como en prosa, tiene mucho encanto.

Aprendemos los unos de los otros u otras y al revés, escribimos para comunicarnos ¿no es cierto? Si quieres amigo, dame tu opinión a mi último relato del jueves, tema ELLA, me gustaría una sincera visión, pero tú mismo, no te sientas forzado para nada.
Un besito cariñoso.

Alejandro Cabrol dijo...

Para nada es atrevimiento, Natalia, tu comentario siempre es bienvenido. Ahora paso a leer. Besito.

Nueva Luna dijo...

Bellísimo, con un dejo de tristeza. Bsos